En el panorama empresarial actual, donde la competitividad y la retención de talento son claves para el éxito, fomentar un clima laboral positivo y una fuerza laboral motivada se convierte en una necesidad imperiosa. Un entorno de trabajo armonioso no solo beneficia el bienestar individual, sino que también se traduce en una mayor productividad, eficiencia y lealtad hacia la organización.